Desierto de Chihuahua

[1]​ Este vasto territorio constituye el 36% del área total de desiertos en el continente americano.

Su presencia se manifiesta a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

Está delimitado por los dos sistemas montañosos más grandes de México: la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental, al norte limita con el sur de la Montañas Rocosas; precisamente este aislamiento generó el clima desértico característico.

Otras plantas comunes en la parte norte del desierto incluyen arbustos como el chamizo o costilla de vaca (Atriplex canescens), la mariola (Parthenium incanum), el guayule (Parthenium argentatum), y el mezquite dulce (Prosopis glandulosa).

Una especie endémica interesante es la doradilla (Selaginella lepidophylla), planta que "resucita", tras un periodo de desecación (de días a varios años) puede continuar su ciclo vital si se vuelve a hidratar, mediante un proceso conocido como anhidrobiosis.

Por su popularidad como droga recreativa, su uso medicina y su asociación con la cultura huichol, en las últimas décadas se ha vulnerado particularmente a las poblaciones del peyote (Lophophora williamsii), el cual tiene su mayor población en los límites de Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí.

Entre las especies distintivas por su flor se encuentra el garambullo, de grandes flores violetas, también llamado "cuernitos" (Proboscidea louisianica); la pelagallina o verdollagilla (Kallstroemia grandiflora) de color naranja; así como la granada cimarrona (Pasiflora bryonioides).

También existen varias especies que se han introducido y tienen efectos como especies invasoras, muchos fueron introducidos por el sobrepastoreo asociado a la ganadería, una vez que la calidad de los pastizales endémicos comenzó a deteriorarse, como son el buffel (Cenchrus ciliaris); pata de gallo (Cynodon dactylon); el abrojo (Tragus berteronianus), conocido por sus glumas espinosas que se adhieren a la ropa y a la piel cuando están secas; el zacate rosado (Melinis repens); el barba negra (Heteropogon contortus); el zacate africano (Eragrostis lehmanniana); el zacate Johnson (Sorghum halepense); y el zacate de corral (Echinochloa crus-galli).

Estos animales nocturnos forman colonias y habitan en cuevas, minas, árboles huecos, casas o bodegas abandonadas.

Entre las aves destacan el correcaminos norteño (Geococcyx californianus); el milano cola blanca (Elanus leucurus); el gavilán rastrero (Circus hudsonius); el aguililla de Swainson (Buteo swainsoni); el aguililla cola roja (Buteo jamaicensis); el aguililla real (Buteo regalis); es un sitio importante para la anidación del águila real (Aquila chrysaetos), ave nacional de México, la cual es notablemente más grande que aguilillas, auras y zopilotes, construye enormes nidos de palos en acantilados, afloramientos rocosos o árboles; el aguililla negra menor (Buteogallus anthracinus); el cernícalo americano (Falco sparverius); el halcón fajado, también llamado halcón aleto o aplomado (Falco femoralis), que caza de forma muy particular, en parejas de forma cooperativa; el halcón mexicano (Falco mexicanus); el halcón peregrino (Falco peregrinus); el caracara quebrantahuesos (Caracara plancus); el buitre americano cabezirroja (Cathartes aura); la codorniz escamosa (Callipepla squamata); la codorniz de Gambel (Callipepla gambelii); el zarapito pico largo (Numenius americanus), que suele buscar humedales de la ecorregión; la piranga roja (Piranga rubra); la lechuza de campanario (Tyto alba): ave conocido por su adaptabilidad y que puede encontrarse en diversos hábitats; el búho cornudo (Bubo virginianus); el tecolote llanero, también llamado zancón o "lechuza de hoyo" (Athene cunicularia), que suele anidar en las madrigueras que hacen los perritos de pradera lo que desafortunadamente la pone en vulnerabilidad frente a animales invasores como el gato doméstico; el búho sabanero (Asio flammeus); el búho cara canela (Asio otus); el tecolote occidental (Megascops kennicottii); el tecolotito enano (Micrathene whitneyi); el cardenal (Cardinalis cardenalis); el cardenal del desierto (Cardinalis sinuatus); el picogordo azul (Passerina caerulea); el colorín morado (Passerina versicolor); el azulillo siete colores (Passerina ciris); el chotacabras menor (Chordeiles acutipennis), llamativa por su vuelo errático, similar a un murciélago; el carpintero mexicano (Dryobates scalaris); el carpintero cheje (Melanerpes aurifrons); el capulinero negro (Phainopepla nitens); el papamoscas llanero (Sayornis saya); el mosquero negro (Sayornis nigricans); el mosquero cardenalito (Pyrocephalus rubinus); el cenzontle (Mimus polyglottos), reconocido históricamente en México por su gran variedad de cantos; dos especies principales de Tyrannus (Tyrannus verticalis y T. vociferans); el verdugo americano (Lanius ludovicianus); la alondra cornuda (Eremophila alpestris); la golondrina risquera (Petrochelidon pyrrhonota); la golondrina tijereta (Hirundo rustica); el cuervo llanero (Corvus cryptoleucus), que suele preferir las regiones montañosas; el chanate mexicano (Quiscalus mexicanus), que tiene apariencia de cuervo, sin ser su pariente; el saltapared de rocas (Salpinctes obsoletus), que se mueve hacia arriba y hacia abajo como haciendo sentadillas; el saltapared barranqueño o reyezuelo del Cañón (Catherpes mexicanus); la garcita verde (Butorides virescens); la garza nocturna corona negra (Nycticorax nycticorax); el candelero mexicano (Himantopus mexicanus); la avoceta americana (Recurvirostra americana); la ratona, cucarachera o matraca del desierto (Campylorhynchus brunneicapillus); la perlita gris (Polioptila caerulea); el azulejo pálido (Sialia currucoides), cuyo macho es de color azul intenso; el cuitlacoche pico curvo (Toxostoma curvirostre); el bisbita llanera (Anthus spragueii), cuyos machos cantan al dar una vuelta en el aire; el bisbita norteamericanao (Anthus rubescens); el rascador viejita (Melozone fusca); el rascador cola verde (Pipilo chlorurus); el zacatonero de Cassin (Peucaea cassinii); el zacatonero garganta negra (Amphispiza bilineata); el gorrión de Brewer (Spizella breweri); el gorrión pálido (Spizella pallida); el gorrión cejas blancas (Spizella passerina); el gorrión altiplanero (o gorrión de Worthen) (Spizella wortheni), muy característico de la región que hace transición con la Sierra Madre Oriental; el gorrión cola blanca (Pooecetes gramineus); el gorrión arlequín (Chondestes grammacus); el gorrión alas blancas (Calamospiza melanocorys); el gorrión sabanero (Passerculus sandwichensis); el gorrión de Baird (Ammodramus bairdii); el gorrión chapulín (Ammodramus savannarum); el gorrión corona blanca (Zonotrichia leucophrys); el escribano pico grueso (Rhynchophanes mccownii); el escribano de collar castaño o escribano collarejo (Calcarius ornatus), como su nombre lo dice, llama la atención por su collar marrón oscuro que complementa sus mejillas amarillas y sus marcas negras; dos especies de pradero (tortilla con chile: Sturnella magna, y del Oeste: Sturnella neglecta); el tordo ojos amarillos (Euphagus cyanocephalus); el tordo cabeza amarilla (Xanthocephalus xanthocephalus); el tordo cabeza café (Molothrus ater); el pinzón mexicano (Haemorhous mexicanus); y el gorrión doméstico o casero (Passer domesticus).

También, en Estados Unidos, el desierto pertenece al hábitat más sureño del pájaro chuyaco o chara azul (Cyanocitta cristata) y una de las regiones principales del arrendajo de Steller (Cyanocitta stelleri).

Algunas de las aves migratorias que suelen invernar en esta región y posteriormente regresar a sus biomas comunes son el chorlo tildío (Charadrius vociferus); el chorlo llanero (Charadrius montanus); el gran pelícano blanco (Pelecanus erythrorhynchos); el gavilán de Cooper (Accipiter cooperii); el halcón esmerejón (Falco columbarius); la grulla gris (Antigone canadensis); la reinita de Nashville (Leiothlypis ruficapilla); la reinita coronada (Setophaga coronata); el colibrí rufo (Selasphorus rufus); el papamoscas fibí (Sayornis phoebe); y el avetoro americano (Botaurus lentiginosus).

El aislamiento al que se enfrentaron algunos humedales, lagunas y ríos generó una gran biodiversidad en la región.

Algunas de estas especies son la carpita cebezona (Pimephales promelas); especies del género Cyprinodon (bolín: C. variegatus); pez gato americano o bagre del canal (Ictalurus punctatus); rodapiedras mexicano (Campostoma ornatum); el matalote chato (Carpiodes carpio); el matalote del Bravo (Catostomus plebeius); el matalote bocón (Ictiobus bubalus); el bagre (Ameiurus melas); el bagre azul (Ictalurus furcatus); la perca atruchada o lobino negro (Micropterus salmoides); y el róbalo gigante (Lepomis megalotis).

Nativo del Río Pecos en Texas se encuentra la sardinilla de las planicies (Fundulus zebrinus) y la carpa obispa (Dionda episcopa).

Entre los peces que también se han registrado como nativas en el Río Conchos y afluentes se encuentran: el pejelagarto narigudo (Lepisosteus osseus); la carpita roja (Cyprinella lutrensis); la carpita del Conchos (Cyprinella panarcys, completamente endémica de este río); la carpa del Conchos (Gila pulchra); la carpa pecosa (Macrhybopsis aestivalis); la carpita texana (Notropis amabilis); la carpita tamaulipeca (Notropis braytoni); la carpita chihuahuense (Notropis chihuahua; endémico de este río); la carpita del Bravo (Notropis jemezanus); y la carpita rinconera, que se distribuye en Norteamérica desde la región de los Grandes Lagos (Rhinichthys cataractae); el matalote yaqui (Catostomus bernardini); el matalote azul (Cycleptus elongatus); el matalote chuime (Scartomyzon austrinus); la sardinita mexicana (Astyanax mexicanus); el bagre piltante o chato (Pylodictis olivaris) que puede llegar a vivir 20 años; una especie endémica de trucha del género Oncorhynchus denominada aparique; el guayacón de San Gregorio (Gambusia alvarezi); guayacón del Bravo (Gambusia senilis); el guayacón de Hacienda de Dolores (Gambusia hurtadoi); la perca del Conchos (Etheostoma australe); y el dardo chihuahuense (Etheostoma pottsi; endémico del Río Sain Alto en Zacatecas).

Es importante señalar que algunas de ellas son designadas como "Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación".

En el contexto mexicano, estas áreas están bajo la competencia federal, mientras que en Estados Unidos, reciben protección a través de diversas distinciones.

[8]​ La siguiente tabla presenta casi un centenar de áreas naturales protegidas dentro del desierto chihuahuense.

Es también este crecimiento de áreas urbanas, particularmente las zonas metropolitanas El Paso-Juárez, La Laguna, Saltillo, Chihuahua, Tucson y Albuquerque lo que ha traído problemáticas como la contaminación por agroquímicos, desechos sólidos y aguas residuales urbanas.

Área natural protegida del parque nacional de Big Bend.
La lechuguilla es una especie característica del desierto de Chihuahua.
Arbustos, suculentas como Yucca decipiens y pastos pequeños conviviendo en el desierto semiárido de Zacatecas .
Los pastizales son comunes en la región