Además fue dibujante, pintor, grabador, escritor, arquitecto, cronista, catedrático, investigador y restaurador.
[1] Desde pequeño mostró un espíritu inquieto y atraído por las artes, ya que cuando cursaba la primaria, combinaba sus estudios acudiendo al taller artesanal de su padre.
Siendo un hombre humilde pero con personalidad animosa, puso en alto al estado de Tlaxcala y a México en Europa.
Pero será hasta 1957 cuando se inician los murales, los cuales constituyen el "programa plástico más ambicioso de Xochitiotzin".
La primera etapa del proyecto duró diez años, durante los cuales el autor investigó, diseñó, llevó a cabo bocetos, preparó muros y concluyó los primeros 285 metros cuadrados de mural, correspondientes a la planta baja del Palacio de Gobierno.
Su tema es la historia de Tlaxcala contada en 24 segmentos pintados, correspondientes a periodos históricos distintos.
Cabe destacar que en vida reveló que entre los personajes hay gente de Tlaxcala, ahí están Beatriz Paredes, Tulio Hernández, sus hijos, nietos, su amada esposa aparece en varias escenas y hasta inmortalizó a su albañil, Los cinco primeros cuadros murales relatan la llegada del hombre a América y su arribo al Valle de México; el 6 y el 7 describen la llegada de los nahuas a éste valle y su encuentro con el águila legendaria.
Siempre tuvo un gusto particular por la arquitectura, pero sus circunstancias no le permitieron realizar estudios académicos en esa área; sin embargo, su genialidad e interés por el saber, lo llevaron a ser arquitecto Honoris Causa gracias a sus ingeniosas y fundamentadas aportaciones.
Había estado internado una semana antes por una infección en la piel, y ya dado de alta tuvo una recaída relacionada con la falla renal que lo aquejaba desde hacía tiempo.