También se considera uno de los trastornos clasificados como conductas repetitivas orientadas o centradas en el cuerpo, en inglés Body-focused repetitive behavior (BFRB), junto con la tricotilomanía y la onicofagia.
Las dos estrategias principales para el tratamiento de este trastorno son la intervención farmacológica y la conductual.
En esos momentos, hay una necesidad compulsiva de tomar, morder, o rasguñar una superficie o región del cuerpo, a menudo en el lugar donde se percibe un defecto de la piel.
Las complicaciones derivadas de la dermatilomanía incluyen: infecciones, daño tisular y septicemia.
Los estudios han demostrado que los afectados por la dermatilomanía presentan ideación suicida (12%), intentos de suicidio (11,5%) y hospitalizaciones psiquiátricas (15%).