El derecho al aborto es el derecho que la ley reconoce a las mujeres en varios países del mundo, en ciertas circunstancias, para decidir libremente acabar con su embarazo y de realizarlo por sí o por otras personas en condiciones seguras.
Los antiguos griegos y romanos establecieron la norma «pars viscerum matris» (el feto es «parte del cuerpo de la madre»).
[4] Las sociedades cristianas aceptaron hasta la segunda mitad del siglo XIX el principio de «hominización tardía» formulado por san Agustín, que establecía que el ser humano comenzaba a existir cuando el feto ya se encontraba formado.
Al finalizar 2020, dieciséis países del mundo (Angola, Congo, Egipto, El Salvador, Filipinas, Haití, Honduras, Irak, Jamaica, Laos, Madagascar, Mauritania, Nicaragua, República Dominicana, Senegal y Sierra Leona) prohíben el aborto en sus códigos penales sin excepciones; los demás lo reconocen sujeto a ciertas condiciones, como el riesgo para la vida o salud de la persona gestante, cantidad de semanas de gestación, haber sido causado por una violación, la situación socioeconómica, o la presencia de una deficiencia grave en el feto.
En África y América Latina predomina un reconocimiento más restringido del derecho al aborto.