Los primeros tanques externos fueron diseñados para ser lanzados una vez consumidos, durante un combate aéreo o en caso de emergencia, con el fin de reducir peso, mejorar la aerodinámica e incrementar la maniobrabilidad.Los tanques externos modernos suelen ser conservados excepto en caso de emergencia.La capacidad de combate de un avión liviano con depósitos exteriores, aumenta al mismo nivel que un avión pesado, que puede transportar más combustible en sus tanques internos y en el interior de las alas, pero es de más alto costo de fabricación, compra y mantenimiento, lo que permite ahorrar gastos operativos en los países que integran una Fuerza Aérea moderna con aviones de combate ligeros, que al transportar tanques de combustible externos aumentan su capacidad de combate, rango operativo y tiempo de vuelo en misiones de patrulla, ataque a tierra y combate contra otros aviones caza.Los aviones embarcados en portaaviones también pueden despegar transportando varios tanques de combustible externo y luego, recibir más combustible en vuelo desde otro avión cisterna, para aumentar el tiempo de las misiones de patrulla, escolta y ataque, apoyo aéreo cercano durante el desembarco de tropas en la playa y pueden suministrar combustible desde sus propios depósitos a otros aviones, con un equipo especial de canasta y manguera flexible instalado bajo el fuselaje central, adaptado en un tanque de combustible externo que se instala bajo el fuselaje central o en un pilón de carga bajo las alas.Los aviones más modernos permiten transportar dos tanques de combustible grandes, uno bajo cada ala en góndolas aerodinámicas que parecen grandes armas, bombas o misiles, y bajo el fuselaje central se pueden transportar otras armas, bombas guiadas y misiles de ataque tipo Exocet, que son más grandes y pesados, para las misiones de ataque a tierra y ataque naval, con gran capacidad de transporte de combustible, alcance en combate y superando a otros diseños de aviones de ataque ligeros.