Nació en Corinto (Grecia) y profesó la doctrina de los cínicos, aunque también estuvo en contacto con los estoicos.
Viajó a Roma en tiempos del emperador Calígula, que intentó sobornarle, pero él lo rechazó.
Otras noticias, sin embargo, sitúan a Demetrio desterrado en una de las islas Cícladas.
Se dispone del dato de que, en el año 70, participó en una causa judicial, importante en su tiempo.
Desdeñaba las riquezas materiales y consideraba la sabiduría como el más preciado tesoro.