La demanda artificial constituye el tipo de demanda para un producto o servicio que, en ausencia de exposición al vehículo usado para crear dicha demanda, no existiría.
Tiene aplicaciones polémicas en microeconomía (estrategia pump and dump) y publicidad.
[1][2] Una demanda es normalmente considerada artificial cuando aumenta de forma muy ineficiente la utilidad de consumidor; por ejemplo, un médico que prescriba cirugías innecesarias estaría generando una demanda artificial.
[3] El gasto del gobierno con el objetivo primario de crear puestos de trabajo (más que entregar cualquier otro producto final) ha sido considerado demanda artificial.
[5][6][7][8][9][10] Los medios usados para crear demanda artificial pueden incluir la publicidad en medios de comunicación masiva que pueden generar una demanda para bienes, servicios, plataformas políticas o políticas gubernamentales, así como para otras entidades.