También por haber sido la estadounidense más anciana hasta que Sarah Knauss la superó en 1997.
La familia se mudó a Humboldt, Tennessee cuando ella aún era una niña.
Welford nunca se casó y pasó el resto de su vida en Humboldt.
Además, se convirtió en la segunda persona más longeva verificada.
Y también pasó a convertirse en la décima persona más anciana de todos los tiempos.