Los delegados presidenciales provinciales son elegidos y removidos libremente por el presidente de la República.
Este cargo fue creado por la reforma constitucional de 2017[1] y reemplazó a los gobernadores provinciales.
Para ser designado delegado presidencial provincial, se requiere:[2] No podrá ser delegado presidencial provincial el que tuviere dependencia de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas ilegales, a menos que justifique su consumo por un tratamiento médico.
El delegado presidencial provincial será subrogado por el funcionario de más alto grado del respectivo escalafón administrativo; lo anterior se entiende sin perjuicio de la facultad del presidente para designar un suplente.
En su reemplazo fueron nombrados Miguel Ballesteros (en calidad de subrogante), Maricel Martínez Vicencio y Cristóbal Barceló Veas, respectivamente.