También sirve de apoyo a misiones en órbitas terrestre.
Debido a las grandes limitaciones de energía que tienen las sondas espaciales, transmiten a una potencia limitada, y cuando se encuentran muy alejadas de la tierra, la potencia con la que llega la señal hasta la tierra es sumamente pequeña.
[4] Debido a esto se hace necesaria la utilización de enormes antenas parabólicas, que capten mejor las señales (cuanto más diámetro, más ganancia de antena[5]) y equipos electrónicos de altísima calidad que permitan que el ruido sea menor a esa pequeñísima potencia de la señal.
Esto se consigue haciendo que algunas partes del equipo electrónico funcionen a la temperatura de helio líquido,[4] lo más que se ha logrado acercarse al cero absoluto, con lo cual la agitación térmica de los electrones es mínima y consecuentemente lo es su factor de ruido.
La tecnología utilizada en las antenas y los equipos asociados a ellas es puntera.