Un dedo en martillo es una lesión del tendón extensor en[1] la articulación de la falange distal.
El diagnóstico generalmente se basa en el estudio de los síntomas comprobándolos por rayos X.
El tratamiento generalmente se lleva a cabo con una férula que sostiene el dedo continuamente durante 8 semanas.
La cirugía generalmente no mejora los resultados, aunque puede ser obligatoria si el dedo no se puede modificar presionándolo o la rotura se ha separado más del 30% de la superficie de la unión.
Una fractura abierta puede ser otro motivo para aplicar la cirugía, que deberá poner el dedo en una posición neutral y pasar un cable perforando del DIP al PIP, forzando la inmovilización.