[1][2] Dichas directrices supusieron un paso importante para imponer las políticas nacionalsocialistas germanas.
[1] Estas proveían una base legal para discriminar a la población polaca al mismo tiempo que se aplicaba la ideología nazi y las políticas económicas del III Reich.
[2] Los salarios debían ser inferiores al del resto de los obreros alemanes, incluso trabajando más horas sin tener derecho a días festivos.
[3][5] Esta directriz también se aplicaba a la población alemana que bien ayudaba o simpatizaba con los esclavos.
[8] Por aquel entonces había alrededor de 300.000 prisioneros trabajando en territorio alemán.