En esperanto podrían publicarse los trabajos que son de igual interés para todos aquellos pueblos.Puesto que el autor de la lengua esperanto desde el principio rechazó para siempre todos los derechos y privilegios relacionados con esta lengua, el esperanto no es "propiedad de nadie", ni material, ni moralmente.La única ley o fundamento que será obligatorio en adelante para todos los esperantistas será la pequeña obra titulada "Fundamento de Esperanto", que nadie tiene derecho a modificar.Si alguien se desviara de las reglas y modelos indicados en dicho trabajo, nunca podrá justificarse con las palabras "así lo desea o aconseja el autor del esperanto".Sobre toda idea que no esté convenientemente expresada en este material recogido en el "Fundamento de Esperanto", cada esperantista tendrá derecho a expresarse de tal manera como encuentre más correcta, al igual que se hace en cualquier otro idioma.
Saliendo del centro del congreso en Boulogne-sur-Mer, (H. Caudevelle, fotog., 6 de agosto de 1905).