El prometedor y talentoso médico especializado en cirugía plástica Ernest Menville (Bruce Willis) abandona a su prometida Helen Sharp (Goldie Hawn) por la actriz Madeline Ashton (Meryl Streep), rival de Helen que se ha dedicado desde su juventud a arruinar sus relaciones, y rápidamente contraen matrimonio.
Pasan siete años, durante los cuales Helen descuida casi del todo su vida, engorda y contrae una depresión que la confina en su apartamento, hasta que un día la desalojan porque ya no se molesta en pagar la renta.
Casi de inmediato Ernest y su antigua novia comienzan un acercamiento, pero su esposa lo obliga irse del lugar.
La tarjeta la lleva a casa de Lisle Von Rohman (Isabella Rossellini), una mujer muy hermosa y de apariencia juvenil a pesar de tener 71 años, quien le entrega "Siempreviva", un elixir que le da vida y juventud a quien lo beba y al cual Lisle le debe su aspecto.
Antes de despedirse Lisle le da una última y misteriosa advertencia: "Cuide su cuerpo... estarán juntos por un largo tiempo".
Madeline se desmaya y la creen muerta, por lo que la llevan a la morgue.
Ernest la lleva de vuelta a casa y creyendo que el "sobrevivir" a la caída es una señal del cielo para que no se separen, utiliza su habilidad como preparador de cadáveres para reparar los huesos de Madeline y pintura para darle aspecto vivo a su piel y ojos.
Para mala o buena suerte suya, termina cayendo en una piscina y ante la oportunidad de volver a empezar, ya sin Madeline ni Helen, decide escapar.
Madeline y Helen ya no pueden volver con Lisle, porque Ernest ha huido.