Daniel V. Villamediana

En su primer largometraje, El brau blau (2009), Villamediana explora la formación de un torero.

Un joven, completamente entregado al mundo del toro, se enfrenta a una única obsesión: la lidia.

Con un único actor, Víctor J. Vázquez, el director profundiza en la lucha psicológica de un hombre que quiere ser capaz de enfrentarse a la muerte en un ritual único.

[4]​ En su segunda película, La vida sublime (2011), narra un viaje por tierras de Castilla y una Andalucía mítica, un viaje cuyo fin aparece oscuro para su familia más próxima.

En ese sentido, gira trabajo sobre la memoria y los mitos en relación con la cultura española.