[1][3] Estas competiciones, dedicadas principalmente al atletismo y el fútbol, se desarrollaron durante una festividad oficial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que dio origen al nombre del torneo, y repercutió en diversos ámbitos de la sociedad chilena.
[6][1][5] El evento marcó un hito a nivel deportivo debido a que en sus ediciones se batieron récords universitarios y chilenos en atletismo,[1][2][3] y, junto con los encuentros de 1909, fue uno de los primeros antecedentes del Clásico Universitario.
[1] En cuanto a la citada rivalidad, específicamente en el plano futbolístico, el torneo propició otro hecho destacado por la disputa de un trofeo entre ambas universidades en la primera edición.
[8][9] Por otra parte, Universidad de Chile en esa misma temporada ya funcionaba tanto en el plano deportivo como en el fútbol amateur, aunque con otras denominaciones.
El primero ocurrió en la prueba de 100 metros planos: Los atletas Pacheco, Lecaros, Bozo (también mencionado como Bosso en otras ediciones) y Velasco compitieron en ella,[2][3] resultando ganador el primer mencionado, representante de Universidad Católica.
El cronómetro registró una igualdad con la plusmarca vigente en Chile a nivel universitario, 11,25.
[1] El equipo de la Universidad Católica batió el récord universitario del país.
[4] Fue la única versión del torneo donde no se registraron o igualaron récords.
[1] Al final del partido, los cruzados recibieron un trofeo, siendo este el primer antecedente de un galardón entregado en el Clásico universitario.