Ese día, en 1853, le encomendó a Michel Aimé Pouget, un agrónomo francés experto en suelos, la tarea de traer nuevos varietales.
Una década después, Francia atravesó una profunda crisis: una plaga de Filoxera afectó toda la región del Ródano.
[4][5] De excelente calidad, sorprendente y diverso, el Malbec argentino lideraría el camino para posicionar a Argentina como uno de los epicentros enológicos del mundo.
Cada año se crea un tema relacionado al Malbec y a la cultura argentina.
Este marco permite que cada celebración sea creativa y se adapte a la idiosincrasia del país.