Las leyendas sobre Dédalo lo reconocen como hombre y como encarnación mítica.
Estas estatuas eran tan realistas que Platón señaló su sorprendente y desconcertante movilidad,[2] que fue lograda con técnicas claramente idénticas a las de las «daidala».
El geógrafo y escritor Pausanias creía que estas imágenes de madera conocidas como «dédalas» existían ya antes del tiempo de Dédalo.
[4] Estas esculturas revelan influencias orientales, conocidas como período orientalizante del arte griego.
El cuerpo femenino es geométricamente plano, con cintura alta y vestido amorfo.