Los derechos de esta obra publicada en 1897 habían pasado al dominio público, por lo que el productor pudo invertir el dinero en los cuarenta decorados que había, tanto en Francia como en Hungría.
Jean-Claude Carrière tuvo que reescribir unos cien alejandrinos al modo de Rostand.
La película se convirtió en un gran éxito desde su estreno, obteniendo 4.732.136 espectadores en Francia.
[4] La página decine21 expresó "Desde el primer duelo en el teatro hasta su bello y agridulce final, la película está mimada en su puesta en escena, en su finísimo humor y en cada una de las rimas del guión, sin olvidar la monumental interpretación de Gérard Depardieu.
El Globo de Oro logrado en 1991 no puede ser más certero... ¡Y al finalizar... os hiero!"