[2] Es nativa de la Europa mediterránea y se encuentra ampliamente naturalizada en muchos otros lugares.
Es una hierba perenne, rastrera (llega a tener unos 5 cm de altura) de rápido crecimiento que habita en muros (preferentemente húmedos), rocas, paredes e incluso aceras, raramente en suelos.
El tallo floral tiene inicialmente un fototropismo positivo, moviéndose hacia la luz; tras la fecundación, este fototropismo se vuelve negativo (se aleja de la luz), lo que facilita que las semillas caigan en el interior de las grietas de la pared o la roca donde vegeta para poder germinar.
[cita requerida] Es considerada como mala hierba por los jardineros, a pesar de que algunas variedades sean utilizadas en jardinería.
[4] Existen en jardinería cultivares de C. muralis, aunque al ser una planta invasora, y dado su tamaño, es mayoritariamente empleado en composiciones de rocalla y jardineras.