El X-100 disponía de un único motor turboeje, que propulsaba dos hélices basculantes, mientras que en la cola, toberas giratorias usaban los gases de escape del motor para proporcionar control adicional en el vuelo lento o estacionario.
[1] Desde el X-100, Curtiss-Wright desarrolló el más grande X-200, del que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ordenó dos prototipos, designados X-19A.
Las hélices estaban propulsadas por motores turboeje gemelos Avco Lycoming T55-L-5 montados en el fuselaje.
Estaba previsto que el X-19 se desarrollara en una aeronave VTOL de transporte.
Como la mayoría de las aeronaves basculantes pioneras, la complejidad aerodinámica de acoplar cabeceo, alabeo y guiñada, y par motor, particularmente en la transición del vuelo vertical al horizontal, hace el diseño extremadamente desafiante.