Cunizza da Romano

También figura en la ópera Oberto, la primera del compositor Giuseppe Verdi.

Cunizza amó luego a Bonio, un caballero de Treviso con quien según el cronista Rolandino viajó por muchos países "a gran sollazzo e facendo grandi spese" (gastando y divirtiéndose mucho).

Vivió los años de su madurez en Florencia, donde Dante la conoció, dedicada la expiación y a la caridad.

En 1279 se tiene por última vez noticias suyas, cuando redactó un testamento en el que dejó sus bienes a los hijos del conde Alessandro Alberti.

Los antiguos comentadores que la llamaban "hija de Venus", atribuyéndole muchos amantes, coinciden al describirla como una mujer tan lujuriosa, que según ella misma decía, a quien se lo pidiese con amor cortés, sería una canallada no concedérselo.

Cunizza y Sordello