Cultura de Europa

Desde el I milenio antes de Cristo (por lo menos), Europa estuvo dominada por pueblos indoeuropeos, que hablaban varias lenguas, pero unidas por rasgos comunes.

[2]​ Entre los pueblos modernos de Europa siguen existiendo las lenguas no-indoeuropeas como: el vasco el húngaro, el finés y el estonio.

Bajo la expansión del Islam en África y Asia, otras regiones como el norte de África, Oriente Próximo, India o el sudeste asiático llegarían a experimentar procesos de uniformización equiparables a los encontrados en Europa.

Sólo en el siglo XIX, Europa tuvo una economía y un poderío militar sin rival en otras regiones del mundo.

Emer de Vattel, historiador y filósofo, escribió en 1758 durante la Guerra de los Siete Años su opinión sobre los elementos comunes a todos los europeos, el orden y la libertad: Edward Gibbon, historiador británico, también señaló el carácter unitario del continente: «se puede considerar que Europa es una gran república cuyos distintos habitantes han alcanzado prácticamente el mismo nivel de educación y cultura».

Los sistemas mitológicos germanos, celtas, eslavos, griegos y latinos tenían características comunes, tales como la creencia en una "tríada" divina fundamental.

Más tarde, el Imperio Romano estableció una religión oficial en todos los territorios que administraba; las creencias de los griegos y el politeísmo romano casi no merecen ser consideradas como religiones en la actualidad, pero siguen siendo referencias de gran alcance en las culturas europeas actuales utilizadas en la literatura, la pintura, la escultura, la música, la filosofía y hasta el psicoanálisis.

Perry Anderson, historiador inglés y ensayista político, señala en su obra El Nuevo Viejo Mundo (2009) en relación con el origen de la conciencia europea como algo que arranca de la Edad Media cristiana, pero que eclosiona en el siglo XVIII: Voltaire, en su obra El siglo de Luis XIV, definió la Europa del siglo XVIII como una entidad unida en lo religioso pero dividida en lo político:[9]​ A partir de finales del siglo XVIII, con movimientos intelectuales como la Ilustración apareció el fenómeno del secularismo, que desde entonces ha ido ganando espacio en la Edad Contemporánea.

A partir del siglo XV, los turcos osmanlíes introdujeron el islam en los Balcanes, por lo que en esa región existen grupos étnicos autóctonos de religión musulmana (en Europa occidental la presencia musulmana autóctona perduró sólo hasta la expulsión de los moriscos en 1609).

Había judíos en Roma, por ejemplo desde el siglo II a. C., y una comunidad en Colonia ya en el 321 d. C. Durante la Edad Media, su presencia se extendió al norte y al este, a Polonia, el Báltico y Ucrania, pero fue a partir del siglo X cuando su número creció, especialmente con el fomento de asentamientos judíos urbanos, por parte de los gobernadores europeos, para estimular la economía.

Desde entonces, América ha sustituido en muchos aspectos a Europa como fuerza vital del judaísmo mundial junto con Israel.

En el I milenio antes de Cristo los griegos fundaron colonias por todo el Mediterráneo, seguidos por los romanos; exportaron su arquitectura, su escultura y su literatura a los países que ocuparon.

En la periferia de estos territorios se desarrollaron movimientos artísticos originales, en contacto con las civilizaciones celta, Ibérica...

En el norte, los arquitectos están influidos por la cultura celta, que tuvo un notable dominio de los metales y el cobre.

Sin embargo, puesto que el Imperio bizantino permaneció en el Este, sus cánones arquitectónicos, y el uso del mosaico se desarrolló en Italia; este país permaneció abierto a las influencias bizantinas hasta la toma de Constantinopla en 1454.

Fachada occidental del Partenón .
Distribución actual aproximada de las diferentes ramas de las lenguas indoeuropeas en Eurasia: Las áreas rayadas indican áreas multilingües.
Parlamento de Austria de la Viena .
Gzuz e Bonez MC