Estos objetos fueron por primera vez publicados por Samuel Lafone Quevedo, a quien se debe la denominación de cerámica draconiana (1892,1908).
Sin embargo, también presenta elementos de otras culturas del noroeste argentino como Ciénaga, Condorhuasi y Candelaria.
[4] Años más tarde, Rex González estudió los diferentes modos en que se expresa la cerámica Aguada, proponiendo tres sectores con características propias: sector occidental (Hyalfín), oriental (La Rinconada) y meridional (Schasquis).
Callegari y colaboradoras[16] plantean que, con el desarrollo del fenómeno Aguada durante el Período Medio (550-1100 DC), se dio en el Noroeste argentino un proceso complejización social en la región valliserrana que, de acuerdo a los procesos históricos particulares, se manifestó con características propias en cada zona.
Por lo tanto, no sería apropiado hablar de un solo proceso para toda Aguada en sentido genérico, y sería más acertado considerar entonces a Aguada en escalas de análisis subregionales como varias entidades compartiendo una ideología, cuya interrelación social, política, económica y cultural es un tema aún por dilucidar.
Aquí, se encuentra el cementerio Aguada Orilla Norte, el cual contiene tumbas con restos óseos correspondientes a entierros individuales o múltiples (González 1998[6]), asociadas con ofrendas fúnebres de una gran variedad de materiales.
La alfarería asociada a contextos mortuorios fue clasificada como: Aguada Gris Grabado: consiste en una alfarería gris cocida en atmósfera reductora, de paredes muy delgadas, superficies pulidas y decoración grabada.
Por lo general, los diseños aparecen enmarcados en paneles, dentro de los cuales se combinan motivos humanos, animales y, secundariamente, geométricos.
Se destacan las representaciones de personajes centrales ataviados con elementos felínicos como máscaras, trajes y adornos cefálicos, que portan tiraderas, hachas, lanzas u otras armas.
Los motivos zoomorfos son varios: aves, ofidios, saurios y, especialmente, jaguares.
Con frecuencia se combinan con la figura humana formando composiciones que siguen un patrón recurrente de distribución espacial.
También, se integran en un mismo motivo generando imágenes de carácter fantástico humano-felínico.
Alberto R. González considera que sus viviendas pudieron ser de materiales perecederos, y por eso no se detectan claramente en el terreno.
También hay sitios destinados a actividades específicas, como producción artesanal o la ejecución de rituales.
Se han registrado estructuras agrícolas a lo largo de la cuenca, especialmente (Gordillo 1991[27] Figueroa 2010,[28]).
Son frecuentes las representaciones humanas y de diversos motivos zoomorfos –aves, saurios, ofidios, felinos, murciélagos– que pueden aparecer como diseños aislados, combinados o integrados entre sí Ambato Tricolor: posee diseños pintados, una pasta de tipo ordinario, de fondo rojo y pintada en negro y blanco o sólo en negro.
Se destaca el sitio Choya 68, un lugar ceremonial integrado por una que está asociado con amplias superficies preparadas y recintos de piedra (Baldini et al.
Con frecuencia, las figuras se definen en negativo (el plano de fondo del diseño es el que se pinta), adaptándose ajustadamente entre sí y a los campos compositivos que las contienen (bandas y paneles).
Contienen figuras de humanos, felinos, aves, serpientes, pisadas y otros motivos, aislados o formando composiciones.
Los cuales poseían funcionalidades complementarias: residenciales, productores, defensivos y manifestaciones de arte rupestre (Callegari et al.
Este emplazamiento revela una estrategia defensiva, de invisibilidad y un amplio control del valle (Callegari 2004[42]).
Las cuales se suelen encontrar sobredimensionadas en relación con el cuerpo y/o la metonimia visual, en donde la presencia de un rasgo, expresa el todo.
- Otros animales que pintaron y/o modelaron en sus cerámicas: cóndor, murciélago, serpientes, lagartijas, aves, entre otras.
Estos rasgos se veían reflejados en sus unidades residenciales que podían estar aisladas, agrupadas e intercomunicadas.
Posee canchones subrectangulares sobre pie de montes del sector habitacional (con río mediante).