Las excavaciones arqueológicas en el sitio establecieron un complejo cultural anteriormente desconocido, designado como Malagana-Sonso.
Un trabajador conducía maquinaria pesada (un tractor) a través del campo, cuando la tierra de repente colapsó, y el vehículo cayó en un gran agujero.
[2] Cuando el conductor inspeccionó el lugar, algo reluciente atrapó su atención.
Era un objeto hecho de oro, y el agujero resultó para ser un hipogeo antiguo.
Los reporteros en la escena capturaron el alboroto en cámara y publicaron sus fotografías en diarios.
Investigaciones han revelado que la fuente de los artefactos era el Hacienda Malagana.
La iconografía plasmada en los objetos de cerámica permite establecer enlaces comerciales entre los habitantes de Malagana con las culturas San Agustín y Tierradentro áreas al del sur; y con el Tolima y Quimbaya áreas al del este.
Para el período Malagana, se había desarrollado una cultura regional con un estilo diferente.
A pesar de que alguna información física sobre los artefactos puede obtenerse mediante el estudio meticuloso de los objetos, su verdadero valor de proporcionar las pistas al pasado es posible sólo cuándo los objetos son encontrados en su contexto cultural original.
El piso estaba pavimentado con losas rectangulares de una piedra granítica blanca ajena a la llanura aluvial del Cauca, y se había colocado una sola hilera de piedras más redondeadas alrededor de la base del muro para definir el área funeraria.
Se encontraron cuentas de oro en el área del cuello y en una sola fila en el cofre.
Por primera vez, se permitió al público ver los tesoros dorados del pasado.
En 2004, el Museo del Oro lanzó la primera renovación, en tres etapas, de sus instalaciones y exhibiciones.