Esta cueva custodia un yacimiento con elementos del Magdaleniense, Mesolítico Postaziliense, Edad de Bronce y Edad de Hierro.
También contiene diversas obras de arte rupestre del paleolítico.
Se tratan de una serie de grabados paleolíticos reunidos en dos grupos, que incluyen representaciones animales y un antropomorfo, así como varias muestras de arte esquemático abstracto: marcas negras, puntuaciones, líneas y ángulos.
Los grabados se consideran realizados en el Solutrense y en el Magdaleniense Inferior.
Descubierta en 1967 por Miguel Ángel García Guinea, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985.