Las cucaburras se conocen principalmente por su reclamo, que es sorprendentemente similar a la risa humana, sonido usado con frecuencia como fondo en películas ambientadas en la jungla.
Las cucaburras ocupan territorios forestales en grupos familiares dispersos, y su risa sirve para demarcar fronteras territoriales, al igual que el llamado de muchas otras aves.
Con frecuencia la “risa” de éstos comienza cuando un ave solitaria emite unas cuantas “risitas” disimuladas en tono grave a través del pico casi cerrado.
Esta “risita” inicial parece dar una señal a otros cucaburras del vecindario, y estos inmediatamente vuelan hacia donde se encuentra la primera ave.
Estos ocupan territorios determinados, en una zona que como promedio es de 1,2 hectáreas por ave.