Fue encargado por Geoffrey Hendricks en memoria del artista Brian Buczak.
Glass quería que su cuarto cuarteto representara «una impresión musical de Buczak como persona, así como un homenaje su obra».
El segundo movimiento presenta una melodía lírica y de gran belleza.
El final es una mezcla de lo que se ha escuchado en los movimientos anteriores.
Va construyendo un clímax para terminar de forma resignada y concluyente.