Los cromatos y dicromatos son sales del ácido crómico y del ácido dicrómico, respectivamente.
Los cromatos contienen el ion CrO42−, que les da un fuerte color amarillo.
Los dicromatos poseen el ion Cr2O72−, por lo que son de un color anaranjado intenso.
Esto es un clásico ejemplo del Principio de Le Châtelier.
La concentración de cromato también afecta al equilibrio.