Cristofano Malvezzi

Tenía varios puestos de organista en la ciudad, y también alumnos, entre ellos Jacopo Peri, que a menudo se le considera como el inventor de la ópera.

Entre sus obras están tres libros de madrigales, un libro de ricercares, pero solo dos composiciones sagradas -- una omisión curiosa para un compositor tan cercano a la Iglesia.

Fuese él parte o no del íntimo grupo, su música estaba entre la más conocida en Florencia.

Una de las composiciones más magníficas de su tiempo, una colosal puesta en música del O fortunato giorno que compuso para un suntuoso intermedio para una boda aristocrática, es para treinta voces distintas divididas en siete coros espacialmente separados.

Algunos de sus madrigales están escritos en estilo monódico, que implica más una posible conexión con la Camerata.