Cristino de Vera

Y en torno a esta certeza se mueve todo un universo creativo que bebe de fuentes poco habituales.

Toda su obra refleja una presencia importante del dibujo como andamio básico.

“Místico” es un adjetivo que se le ha adjudicado con frecuencia.

“Yo me siento discípulo de Cézanne, pero fue muy fuerte la impresión que me produjo la pintura de Zurbarán cuando la vi en el Prado”, ha comentado.

Aunque bien es cierto que De Vera tuvo una primera etapa donde cultivó el paisaje y el dibujo, y sus inquietudes parecían caminar por otros senderos.