El mito sobre el nacimiento de Huitzilopochtli, narra que Coyolxauhqui, furiosa al sospechar que su madre, Coatlicue, estaba embarazada de un desconocido (la cual en realidad fue embarazada por una bola de plumas que cayó desde el cielo y guardó en su vientre), guio a sus hermanos (los cuatrocientos surianos) hacia Coatepec, donde se encontraba su progenitora, para matarla, y así redimir la ofensa.
El dios venció a sus hermanos, decapitó a su hermana, mandó su cabeza al cielo para que su madre pudiera verla cada noche y arrojó su cuerpo montaña abajo, por lo que este quedó desmembrado.
En la gran piedra se observa a la diosa descuartizada, con la cabeza, brazos y piernas separadas alrededor de su torso.
Como en las imágenes de su madre, se le muestra con unos cráneos atados a su cinturón.
Estos constaban, en primer lugar, en extraer los corazones de los cautivos del pecho.