La originalidad del mito reside en la forma en la que se llevó a cabo la creación de todo.
Se dice que la idea de las cosas vino al pensamiento del dios Ptah y él transformó en realidad estos pensamientos.
Como Ptah creó el mundo recurriendo a la inteligencia y la palabra, estas dos facultades se personificaron en sendos genios o fuerzas: Sia (la inteligencia del pensamiento, la intelectualidad que reside en el corazón) y Hu (el poder de la palabra, que encarnaba la lengua de Ptah).
Y así, en el corazón de Ptah se concibió la imagen del dios Atum, mediante su lengua pronunció el nombre del dios por crear y Atum se hizo realidad.
716 hasta 702 a. C.), perteneciente a la dinastía XXV, posiblemente, porque el original estaría deteriorado por haber estado escrito en papiro de datación anterior.