En ese momento, un funcionario del ferrocarril compró un campo al sur de las vías, en el que comenzó a vender partes del mismo y a abrir calle.
Llegada la década del 30, y con la asunción de Juan Pérez Crespo a la Intendencia, la localidad comenzaría a cambiar su fisonomía hasta convertirse en lo que es actualmente.
Se comenzó la construcción del matadero, el mercado y poco después el primer natatorio, ubicado en el Parque Municipal.
El comercio y la industria también tienen cierta importancia para la economía local, debido a la presencia de una fábrica textil.
Cuenta con más de 30 integrantes en el Cuerpo Activo y 8 unidades para asistir a las diferentes emergencias.
Además, cada uno cuenta con su propia sede social y departamento de ayuda económica.