Pero los perros del templo lo encontraron y devoraron al bebé.
Aquí apareció Corebo, que logró matar al monstruo y liberar a los argivos.
Pero Apolo, todavía cegado por la ira por la muerte de su hijo, les envió una terrible plaga, hasta que Corebo se vio obligado a ir a Delfos para ser purificado por Apolo.
Pitia le dijo que bebiera del trípode sagrado y se fuera.
El mito del héroe Corebo fue elaborado por Calímaco en su primer libro de "Causas".