Es el convento más vetusto de los que se establecieron en Ocaña y que bajo la advocación de Santa Clara (perteneciente a la Orden Franciscana), fundó el año 1515 Catalina Román -viuda de Francisco Muñoz- estableciendo utilizar parte de sus bienes en la creación de dicho convento, para el que entregó también sus residencias y reservando el Patronato para su hijo Alonso, según figura en su testamento en Ocaña a 17 de septiembre de 1515, ante Miguel Sánchez de los Tocados, Secretario del Ayuntamiento.De estos edificios se trasladaron en 1626 al vigente emplazamiento que hoy en día habitan con los permisos necesarios y con una renta anual de unos 4.000 ducados.Es una nave rectangular de un solo tramo y cúpula alta semiesférica.En la pared sur, ventanas al exterior protegidas por vidrio decorativo -producto de una reciente restauración-.De las tres capillas adyacentes a su lado derecho, la única que merece especial alusión, es la Capilla de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, protegida por una delicada y costosa verja de hierro en dos hojas y pliegues en sus costados.