La iglesia se encuentra situada a la izquierda de las dependencias del convento.En la parte superior se recogen tarjas en las que se representan una espada flameante en el lado izquierdo y un libro en la zona derecha sobre los tres paños que configuran el vuelo del tejaroz, mientras que en el centro está representado el escudo de la Orden Carmelita dezcalza y la figura del Espíritu Santo en forma de paloma entre cabezas de querubes.En la zona superior, sostenido por un gran arco rebajado, se encuentra el coro alto comunicado con la nave mediante una reja.La capilla mayor se cubre con una cúpula sobre pechinas, con nervios decorados con grandes puntas de diamantes y cabujones ovalados en alternancia que confluyen en un óvalo central en el que se encuentra una piña tallada y dorada.En la parte superior del muro derecho se encuentra un cuadro de la Inmaculada, enmarcado por yeserías, y en la zona inferior, se abre la puerta del comulgatorio de las religiosas y la reja que comunica con el coro bajo.Este retablo, que puede ser considerado como ejemplo de arquitectura protobarroca sevillana, es obra del maestro ensamblador Luis de Figueroa, muy próximo a Montañés, y el autor del dorado y encarnado fue el pintor de imaginería, Baltasar Quintero, figura señera del panorama artístico sevillano y colaborador de importantes artistas del momento.El siguiente retablo, actualmente sin imagen titular, estuvo dedicado a San Juan de la Cruz.Pasado el arco toral, en el muro izquierdo del presbiterio, se ubica el antiguo retablo de la Transverberación de Santa Teresa, frente a la reja del coro bajo, cuya estructura arquitectónica corresponde a la segunda mitad del siglo XVII.En las calles laterales se hallan las esculturas de San Juan Bautista y San Elías y, en la zona superior de este primer cuerpo, hay un templete con una pequeña imagen del Niño Jesús del siglo XVII.Este retablo presenta numerosos elementos que permiten atribuirlo a Fernando de Barahona (1632-1693) el cual en 1676 estaba realizando el retablo mayor del convento de Sanlúcar la Mayor.El retablo mayor es obra del maestro ensamblador Jerónimo Velázquez, discípulo de Martínez Montañés, al que se le contrató en 1630.Contiene un magnífico grupo de esculturas las cuales constituyen el elemento fundamental del retablo.A continuación, se encuentra una pequeña pila para el agua bendita, de mármol blanco, embutida en el muro y en cuya losa superior se perfila una cruz en bajorrelieve.A continuación, y siguiendo el quiebro del muro en la calle Santa Teresa, se encuentra nuevamente otro fuste ubicado en la esquina.Desde este punto continúa la fachada siguiendo el esquema común de las del tipo conventual, con los muros encalados, escasos vanos y piedras de molinos embutidas en la parte baja.Cuenta también con un jardín trasero, organizado por parterres, árboles y plantas ornamentales.El compás es un espacio rectangular abierto que sirve de comunicación entre la portería externa, la iglesia y la clausura.En la parte alta de este muro se abren dos ventanas para la iluminación del templo y sobre el tejado se eleva una buhardilla con vano rectangular rematada por un frontón triangular sobre pilastras.En el muro derecho del compás se ubica la portería interior donde se encuentra el torno, una pequeña dependencia en cuyo muro frontero hay un poyo de fábrica con azulejos del siglo XVII.Tras ella, y a través de otra pequeña estancia, se accede al claustro, antes patio principal del palacio del siglo XVI, y al que se abren las dependencias destinadas a locutorio, enfermería, cocina y refectorio en la planta baja.En la crujía suroeste, actualmente ocupada por el locutorio y la enfermería, es donde posiblemente se ubicaría la primera iglesia conventual.El locutorio es una notable estancia de planta rectangular, dividida en dos por una reja y con techumbre plana de vigas vistas que contienen una prolija decoración pintada, distribuida en las seis jácenas que constituyen su armazón, con un amplio repertorio de flora y fauna fantástica alternando con motivos heráldicos sobre fondo rojo.En la planta alta se accede en primer término a la galería denominada «paso dorado», llamada así por el bellísimo arte sonado adintelado con piñas de mocárabes que lo cubre, que pone en comunicación las dependencias de esta zona con las del claustro principal.Frente a la escalera se abre la puerta del oratorio, denominado «Celda de la Santa Madre», debido a la escultura sedente de la santa que en ella se encuentra.La biblioteca, situada a la izquierda de la escalera en el extremo del «paso dorado», es una habitación rectangular cubierta por un rico artesonado compuesto por ocho paños en los que se recrean estrellas de diez puntas que confluyen en un paño central con una piña de mocárabes dorada.Aquí se encuentra el retrato sobre tabla de María de San José, la cual vino a Sevilla con Santa Teresa y fue la primera priora del convento.A través de la biblioteca se accede al lavadero, situado en la tercera planta, en la azotea del extremo este.Delante del comulgatorio se encuentra un órgano del siglo XIX, compuesto por sencilla caja de madera en la que se incluyen los tubos, y rematado por una crestería.En el testero frontero a la reja, junto a la puerta de entrada al coro, se ubican dos composiciones retablísticas o altares de pequeño tamaño.Esta vitrina es de gran importancia por los bienes en ella guardados.
Retablo mayor, Jerónimo Velázquez
Detalle de retablo cerámico en el exterior del convento.