Convento de Nuestra Señora del Rosal

Su nombre se debe a una tradición que relata la aparición de la Virgen en ese lugar, junto a un rosal.

Desde su creación, el convento fue habitado por monjas franciscanas concepcionistas, quienes permanecieron allí hasta 1835.

Ese año, debido a las leyes de exclaustración impulsadas por Mendizábal, tuvieron que trasladarse a otro convento en Cuenca.

Aunque posteriormente volvió a ser ocupado por religiosas, el convento fue definitivamente abandonado en agosto de 1936, al comienzo de la Guerra Civil Española.

[1]​ Su fundación se remontaría a la primera mitad del siglo XVI.