Los volúmenes, de poca altura, enlazados y continuos, están claramente diferenciados.
Otros dos volúmenes salen de sus extremos volviendo a tomar la directriz ortogonal, de modo que se forma un patio o plaza ajardinada rectangular, abierta a la trama urbana.
La pequeña torre se sitúa, descentrada, en el lado nordeste, algo remetida en relación con la portada.
Miguel le hizo una promesa a la virgen tras haber salvado la vida, lo que dio origen al convento.
"La arquitectura de la sacristía ofrece igualmente un bello conjunto, que tiene planta hexagonal, de lados desiguales, con columnas estriadas y adosadas a los seis lados y que sostienen la cornisa apoyada sobre capiteles clásicos" (Luis Murugarren).
El profundo coro alto, situado a los pies, sobre arco carpanel, cerrado y con reja, avanza hasta la mitad de la nave.
La capilla dispone de accesos a los pies y ambos lados, estando el del Evangelio muy decorado.
Dos son los aspectos que, sobre otros, centran el interés cultural del Convento: uno general, con la característica e importante presencia urbana del morfotipo conventual, sus volúmenes, vacíos y articulaciones, y otro particular, con la singular arquitectura de la iglesia, la cual concentra el mayor esfuerzo artístico de la obra.
Se combinan los sistemas, abovedado en la capilla y adintelado en el resto de los cuerpos que tienen un carácter más urbano.