Convento de Cabeza de Alba

Está dedicado a Nuestra Señora Cabeza de Alba.

Pedro Osorio lo evocó a la Virgen María de Cabeza de Alba tras su restauración y su construcción data del siglo XV.

Las referencias más antiguas señalan que aquí vivían como penitentes de la Orden Tercera de San Francisco: Diego García y Fernando Pérez, los cuales edificaron una ermita con función de oratorio en el año 1423.

En el año 1441 estaba en estado de ruinas y en 1444 Pedro Álvarez Osorio, señor de Cabrera y Ribera y posteriormente conde de Lemos, consiguió una bula del papa Eugenio IV con permiso para su restauración.

En la actualidad solo se puede observar los restos de los muros, arcos y el caserón con la torre cuadrada principal del convento.