desde la presidencia del demócrata (1829-1837) Andrew Jackson hasta la Guerra de Secesión.
Ante la carencia de órdenes religiosas también las damas y mujeres célibes van organizándose en agrupaciones.
[6] En 1834 se fundó la Sociedad Reformista Femenina Neoyorquina, presidida por Lydia Finney.
Cady Stanton y Mott tuvieron que seguir la convención antiesclavista escondidas detrás de una cortina en una tribuna.
Ante esta discriminación decidieron convocar otra convención para defender los derechos de las mujeres.
La Convención se celebró en la capilla metodista de Seneca Falls, Nueva York.
Si bien la primera sesión, a priori, era solo para mujeres, los hombres que asistieron no fueron expulsados.
Por ejemplo, se reemplaza el "Rey Jorge" con "todos los hombres" al ser el agente que oprimía a las mujeres, y se recopila una lista conveniente de quejas, así como los colonizadores hicieron en la Declaración de la Independencia.
Estas quejas reflejaron las graves limitaciones en los derechos legales de las mujeres en los Estados Unidos en ese momento: las mujeres no podían votar; no podían participar en la creación de las leyes que ellas tenían que obedecer; su propiedad era tasada.
Once de las decisiones fueron aprobadas por unanimidad y la número doce, la que hace referencia al voto, por una pequeña mayoría.