Convención sobre la prohibición de minas antipersonales

A pesar del gran apoyo internacional a la Convención, su éxito sigue siendo mitigado porque la mayoría de los Estados productores o utilizadores de minas antipersonales se niega a adherirse al texto.

El Tratado de Ottawa prohíbe[1]​ solamente las minas antipersonal.

No afecta a las minas contracarro o antivehículos que fueron reguladas por la Convención de las Naciones Unidas de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y las normas generales del derecho internacional humanitario, los dispositivos antimanipulación colocados en las minas antivehículos para evitar su remoción ni las municiones detonadas a distancia, que sólo pueden ser activadas manualmente por un combatiente y no pueden explosionar solo por "la presencia, la proximidad o el contacto de una persona.

En el Tratado de Ottawa contiene varias medidas para velar porque sus disposiciones se respeten y hacer frente a las presuntas violaciones.

Para facilitar la retirada de minas, los Estados deben suministrar información técnica[2]​ pormenorizada acerca de las minas que han fabricado en el pasado.