Ante la negativa de Antonio Caso para aceptar la filosofía marxista como pilar y guía de enseñanza en la universidad, fue invitado por los delegados del Congreso al Auditorio Justo Sierra de la Escuela Nacional Preparatoria, para que expusiera sus razones y planteara el camino que debería seguir la educación superior en el México posrevolucionario.
Así, defraudado por el resultado, Antonio Caso renunció a su cargo honorario en el Congreso de Universitarios Mexicanos y amenazó con abandonar el Consejo de la Universidad Nacional y dejar sus cátedras en dicha institución si se aprobaba la “educación socialista”,[3] ya que se le cooptarían sus derechos a enseñar sus doctrinas libremente.
El rector de la universidad Roberto Medellín quiso cortar el movimiento huelguista con la destitución del director Rudolfo Britos.
Asimismo, los estudiantes de San Ildefonso salieron a defender los edificios y provocaron un grave confrontamiento que terminó con varios universitarios heridos, teniendo que intervenir la policía y los bomberos.
Como resultado del conflicto y la presión ejercida por los abogados el rector Medellín tuvo que renunciar al cargo.