Moneda contramarcada
Los reales de a 8 se acuñaban en América dentro de la denominación del Real español y se transportaban a granel hacia España, haciendo este transporte un objetivo tentador para los piratas y corsarios del mar.Por otra parte, su uso también se extendió por el sudeste asiático, pues el Galeón de Manila transportaba periódicamente plata en monedas desde México hasta Manila en las Filipinas, donde debía intercambiarse por mercancías chinas y filipinas en tanto la plata era la única mercancía extranjera que China aceptaba como pago.Si bien España impedía el libre comercio entre sus colonias y el resto del mundo, el contrabando de diversos productos se hizo común desde el siglo XVII entre colonias españolas y buques de Gran Bretaña y Holanda; ello permitió que las piezas monetarias acuñadas en las cecas del Imperio Español circularan por sitios ajenos a la jurisdicción española.La necesidad de moneda fraccionaria causó que a menudo las piezas fueran cortadas físicamente en dos, cuatro u ocho trozos, para lograr un cambio más pequeño para posteriormente resellarlas para su uso.Los insurgentes resellaron las monedas emitidas por la corona para la circulación en los territorios que estaban bajo su dominio, incluso el líder independentista José María Morelos reselló sus algunas de sus propias monedas combatir la falsificación.