[1][2] Es la ley básica fundamental del Estado Argelino y cuenta con un rango superior al resto de normas jurídicas, es fundacional porque fundamenta todo el ordenamiento jurídico argelino e incluye los derechos y libertades de los ciudadanos, delimitando los poderes de las distintas instituciones y administraciones del Estado.
Se calcula que las lenguas bereberes tienen unos diez millones de hablantes en Argelia, una cuarta parte de la población del país.
Pese a este importante peso numérico, las autoridades argelinas han mantenido históricamente una política contraria a las lenguas bereberes del Magreb, habladas por muchos hablantes desde el Reino de Marruecos hasta Egipto y también las lenguas tuareg del Sáhara.
Desde la independencia del país, en 1962, el árabe sustituyó al francés como lengua única del estado, sin dejar espacio para las lenguas bereberes como el cabilio, el chaoui, el chenoua o el mozabita.
En 2001 tuvo lugar una serie de protestas y disturbios en la Cabilia, en la llamada Primavera Negra.