Malva no obtendrá nunca su diploma de colegio primario, pero un maestro le regala una gramática que conservará hasta su muerte.
En 1923, sus convicciones le incitan a adherirse al Partido comunsita que decide abandonar en 1928 tras la exclusión de los trotskistas, entre los cuales Charles Plisnier.
Después de escribir en el diario Le Drapeau rouge, sus verdaderos comienzos literarios tienen como fecha 1931.
Unos cuantos años más tarde, escribe en su libro Un mineur vous parle : Malva conoce entonces la miseria : para sobrevivir y alimentar a su familia (tiene dos hijos), ejerce diversos oficios, como conserje y criado en Mons en los locales de un sindicato colaboracionista.
Escribe cuentos y relatos sobre la mina publicados en revistas controladas por la colaboración, lo cual le permite evitar la deportación a Alemania, pero será inquietado en el momento de la Liberación.