Conspiración del Duque de Híjar

[1]​ Guarda cierta similitud con la conspiración del Duque de Medina Sidonia en Andalucía (1641), y como ésta se suele incluir en las dificultades del crítico periodo denominado crisis de 1640, junto con otros movimientos de mayor entidad.

A mediados del siglo XVII, el malestar en la monarquía hispánica era general a causa de las continuas guerras que hicieron aumentar la presión fiscal así como las levas de soldados tanto en Castilla como en los demás reinos periféricos, en muchos casos en contra de los fueros y privilegios locales.

Los supuestos objetivos de la conspiración se hallaban escalonados: Sin embargo, los aragoneses, fieles a la monarquía, no miraban al duque de Híjar con demasiada simpatía, respondiendo a la intentona secesionista con notorio desinterés, como se pone de manifiesto en la actitud mantenida por el reino en la guerra de Cataluña.

Un criado de Carlos Padilla, llamado Barry, delató a los conspiradores, que tendrían un final desastroso.

Con el proceso instruido por un tribunal, cuyo presidente era don Pedro de Amezqueta, se probó cómo don Carlos de Padilla se había comprometido a pedir ayuda a Francia, mediante una conferencia directa con Mazzarino.