[6] Se ha supuesto que los consoranos fueron desplazados y asentados en esta zona por los romanos a la manera de sus vecinos los cónvenos,[7] aunque no hay pruebas formales que apoyen esta hipótesis.
[8] Estaba rodeada por una gran muralla defensiva que delimitaba un área de 2,6 hectáreas, que aún hoy es visible y se encuentra en un excelente estado de conservación.
El pueblo se adaptó a las costumbres romanas, pero conservó una fuerte huella de las tradiciones prerromanas.
Pero a veces se asimilaban a dioses indígenas: Júpiter lleva el epíteto de Haloissus en Gajan y se le describe como «dispensador de las buenas estaciones», una atribución no muy romana, en Lescure.
Los consoranos se cristianizaron muy pronto, en el siglo IV o V. Gregorio de Tours atribuye su cristianización al obispo Valerio, pero esta figura parece más o menos legendaria [6] (se dice que su nombre es el origen del nombre de Mont Valier).