Consolata Betrone

Nació en una familia numerosa, Pierina era la segunda de las seis hijas del segundo matrimonio de su padre, sus padres eran restauradores-panaderos.

A los trece años, manifestó su deseo de ser religiosa.

El 8 de diciembre de 1916, se consagró a la Virgen María; ese día durante la misa, sintió que Jesus le decía: “¿Quieres ser totalmente mía?”, a lo que le respondió que sí.

[1]​ Al año siguiente, la familia se mudó a Turín.

Murió a los 43 años; su cuerpo yace en la capilla exterior del Monasterio del Sagrado Corazón de Moncalieri.