El término "consejo y consentimiento" aparece por primera vez en la Constitución de los Estados Unidos en el Artículo II, Sección 2, Cláusula 2, refiriéndose al papel del Senado en la firma y ratificación de tratados.
Como escribió Alexander Hamilton en El Federalista nro 76: La verdad de los principios que sostengo a este propósito parece haber impresionado a las personas más inteligentes entre las que han considerado defectuosa la forma como la convención ha resuelto este punto.
A la luz de estas explicaciones, no cabe diferencia alguna entre nominar y nombrar.
Y como ningún hombre podría ser designado sino después de haber sido nominado, de hecho todo hombre que llegara a ser nombrado habría sido escogido por el Presidente.
Respondo que la necesidad de su colaboración tendrá un efecto poderoso, aunque en general poco visible.
La moción propiamente dicha que adopta el Senado al ejercer la facultad es la de "aconsejar y consentir".
[7][8] Para los nombramientos, se necesita la mayoría de los Senadores presentes para aprobar una moción "para asesorar y consentir".
Un obstruccionismo que requiere tres quintos de los votos para anularlo, así como otras tácticas dilatorias similares, se han utilizado para exigir un recuento de votos más alto en el pasado.